Intentos literarios
 
De tocador

— ¿Saponificación?

— Así es –respondió el doctor, concentrado en perseguir las burbujas que salían esporádicamente de las orejas de su paciente–. La hidrólisis alcalina de un éster.

— ¿Podría… explicármelo un poco mejor? ¿En palabras que pueda entender? Sé que es una persona muy ocupada, que mi tiempo de consulta ya se extendió demasiado, pero su diagnóstico realmente me preocupa. ¿Por favor? –contaba, con sus dedos índices, aunque ya supiera el número de memoria, la cantidad de falanges de sus manos: estaba nervioso.

El Doctor, allá lejos, atrás de su escritorio, resonó en un suspiro. Sabía que su día sería larguísimo, y, peor aún, que recién comenzaba. La sala de espera rebalsaba: otra vez aquella endemia. Hacía años que habían acabado con los resabios de su tacto. Ya no le importaba. Cada vez que tenía que escucharlos volvía a preguntarse por qué él, profesional de renombre, seguía en aquella clínica asquerosa. Recordar el grosor de sus cheques lo tranquilizaba al instante.

Intentó explicarle lentamente, sin tanta química, para sacárselo de encima. Odiaba perder el tiempo: su secretaria no se estaba volviendo más joven.

— Saponificación: su cerebro se está convirtiendo en jabón. Como el de la ducha, pero adentro de su cabeza. ¿Comprende? No es complicado, realmente.

Su Paciente, solo en su sillita de plástico, intentó procesar la información con que lo habían bombardeado. Relamió durante segundos cada una de las palabras que había sentenciado la eminencia, y no pudo evitar imaginarse en la jabonera de alguna ducha asquerosa, gastado, lleno de pelos de dudosa procedencia y harto de su olor a lavanda. Necesitaba más, muchas más explicaciones.

— ¿Qué? ¿De qué habla? ¿Cómo puede ser? ¡No tiene sentido! Los cerebros no se transforman en jabón de un día para otro… ¿no? –veintiocho, sumaban, en total, las falanges.

— Oh, no, claro que no, no lo hacen. Veamos… según los resultados del análisis, su saponificación cerebral ha sido un proceso gradual, muy lento, que sospechamos comenzó en su pubertad. Ya no hay nada que hacer. Es una enfermedad mucho más común de lo que cree, en realidad. Mucho más mortífera, también –disfrutaba reírse de sus juegos de palabras, y otra vez no intentó contenerse–. Genética.

— ¿Mort…? –atinó a decir, pero lo interrumpió la voz de su verdugo.

— Pero, vamos, hombre, no ponga esa cara. No es para tanto. Probablemente le queden un par de buenos años de vida. Desde ahora, lo único que deberá hacer es evitar que llegue agua cerca de sus trompas de Eustaquio. Nada más que eso. ¿Sencillo, no le parece? –dejó escapar otra sonrisa–. No hace falta que se preocupe en exceso, y mucho menos que me agradezca. Afuera encontrará unos coloridos folletos que le serán útiles para su condición. Le harán falta.

Empujó a su impaciente a la sala de espera con una palmada indiferente en la espalda; el hombre, todavía imaginándose parte de una ducha, se le quedó mirando del otro lado de la sala. Ya no quedaban folletos.

Una señora, la que había logrado usurpar el sillón más cómodo, sería la próxima afortunada: tenía un sombrero enorme, un vestido demasiado atrevido para una visita al doctor, y una pompa de jabón a punto de salirle de la oreja izquierda.

 
Comments:
Hola, Agustín

No es sencillo ser creativo en una historia de esta naturaleza, y lo has conseguido brillantemente: saponificación. Una de esas ideas que uno no olvida así como así.
Los diálogos, execelentes.
Los detalles, que le otorgan verosimilitud al relato (el grosor de los billetes, las sillas de plástico, la sala de espera)
Esa imagen de la ducha...
Las falanges y la impaciencia y el temor
Y, por supuesto, las excelentes líneas inicial y final

¿Se me olvida algo más?
Creo que sí: cuento redondo, redondo.

Un abrazo
Sandy
 
Hola chabón
por casualidad tu hermano matías tiene algo que ver con la informática o algo asi? puede ser que esté dando un curso en la uba sobre herramientas de soft libre?
besos varios
Mer (merciangallagher)
 
no puedo parar d admirar lo bien escrito q esta... buscar en google sobre saponificacion para entender y caer aca fue lo mas gracioso q me paso esta semana :-)
 




<< Home

Agustín Capeletto
minotopo@msn.com

Índice

De tocador


Creative Commons License